La soledad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. No tiene género, ni edad, ni siquiera tiene que ver con vivir solo o sola. Podemos estar rodeados de personas y sentir soledad. Por eso es importante distinguir entre estar solo y sentirse solo. Estar solo implica falta de compañía, pero no tiene porque ser sinónimo de sentimientos negativos. En ocasiones, nos produce un sentimiento agradable e incluso deseable. Todos los días estamos solos en algún momento, incluso, a veces, buscamos estar solos para pensar o descansar. Sin embargo, a nadie le gusta sentirse solo. El sentimiento de soledad es una experiencia desagradable, incómoda y dolorosa que puede experimentarse incluso estando en compañía.
- Nuestros deseos y necesidad de relaciones. No es lo mismo vivir solo por decisión propia que por una situación impuesta. No es malo estar solo, lo malo es estarlo y no desearlo.
- La calidad de nuestras relaciones. De poco sirve estar rodeado de personas si no podemos compartir con ellas nuestros deseos, opiniones, preocupaciones...
- Duración de la soledad. Es más fácil gestionar el sentimiento de soledad cuando sabemos que la situación que lo provoca es pasajera.
- Fallecimiento de un ser querido.
- Pérdida de relaciones de amistad
- Ruptura de relaciones sentimentales.
- Jubilación o despido.
- Cambio de residencia o de instituto.
- Problemas de salud que nos aíslen.
- Barreras arquitectónicas que impidan o dificulten que salgamos de casa y nos relacionemos.
A continuación, compartimos unos consejos para prevenir la soledad:
- Cuida la relación con tus redes sociales. Interésate por cómo se encuentran tus amistades, conocidos o familiares.
- Amplia tus conexiones sociales. Conoce las asociaciones, organizaciones y recursos de tu entorno, participa y apúntate a alguna actividad de grupo.
- Aprovecha los espacios y comercios de proximidad para conectar con otras personas.
- Aprende a gestionar tus emociones y a resolver conflictos. Con frecuencia el distanciamiento entre las personas es debido a una situación que no se ha resuelto adecuadamente.
- No te olvides de dar las gracias y, si es necesario, pedir disculpas. Es una manera de que las personas se sientan respetadas y valoradas.
- Sé empático. Cuando hablamos de relaciones sociales es fundamental ser conscientes de nuestras necesidades, pero también de las necesidades de los demás.
- Evita mantener relaciones tóxicas o que te produzcan malestar. Nuestras relaciones sociales tienen que ser beneficiosas y saludables.
Algunas de la medidas o actuaciones que las Administraciones Públicas, Instituciones y otras entidades pueden llevara a cabo para favorecer las relaciones sociales y contribuir a la prevención de la soledad no deseada son:
- Promover espacios amigables en el entorno. Es importante crear y dinamizar espacios amigables que favorecen la interacción social en la comunidad y permiten prevenir la soledad. Un ejemplo de ello sería el Programa Vive y Comparte (programa intergeneracional de viviendas compartidas entre personas mayores y estudiantes universitarios de Huesca) y el programa de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores.
- Implementar proyectos que potencien o favorezcan la comunicación e interacción con las personas que sufren soledad no deseada. Por ejemplo, el proyecto de Comandos Lectores, Palabras que Curan de la Fundación el Tranvía.
- Desarrollar políticas públicas para combatir la soledad no deseada.
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