Soledad no Deseada. Qué es y cómo podemos combatirla.

La soledad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. No tiene género, ni edad, ni siquiera tiene que ver con vivir solo o sola. Podemos estar rodeados de personas y sentir soledad. Por eso es importante distinguir entre estar solo y sentirse solo. Estar solo implica falta de compañía, pero no tiene porque ser sinónimo de sentimientos negativos. En ocasiones, nos produce un sentimiento agradable e incluso deseable. Todos los días estamos solos en algún momento, incluso, a veces, buscamos estar solos para pensar o descansar. Sin embargo, a nadie le gusta sentirse solo. El sentimiento de soledad es una experiencia desagradable, incómoda y dolorosa que puede experimentarse incluso estando en compañía.

Fuente: El Coste de la Soledad no deseada en España
Fuente: El Coste de la Soledad no Deseada en España. Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada

El sentimiento de soledad es muy personal, de modo que distintas personas en situaciones parecidas pueden o no experimentar este sentimiento. No obstante, hay factores que están íntimamente relacionados con el sentimiento de soledad: 

  • Nuestros deseos y necesidad de relaciones. No es lo mismo vivir solo por decisión propia que por una situación impuesta. No es malo estar solo, lo malo es estarlo y no desearlo.
  • La calidad de nuestras relaciones. De poco sirve estar rodeado de personas si no podemos compartir con ellas nuestros deseos, opiniones, preocupaciones...
  • Duración de la soledad. Es más fácil gestionar el sentimiento de soledad cuando sabemos que la situación que lo provoca es pasajera.
El sentimiento de soledad suele aparecer cuando se rompe el equilibrio entre las relaciones que deseamos y las que tenemos. Algunas situaciones que provocan esta ruptura de equilibrio son las siguientes:
Fuente: El Coste de la Soledad no Deseada en España. Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada
  • Fallecimiento de un ser querido.
  • Pérdida de relaciones de amistad
  • Ruptura de relaciones sentimentales.
  • Jubilación o despido.
  • Cambio de residencia o de instituto.
  • Problemas de salud que nos aíslen.
  • Barreras arquitectónicas que impidan o dificulten que salgamos de casa y nos relacionemos.
Aunque el sentimiento de soledad es independiente de la edad, a medida que envejecemos es más probable que se den los factores y situaciones que desencadenan este sentimiento.

El sentimiento de soledad puede ser perjudicial tanto para nuestra salud mental como física,  además de afectar negativamente a nuestra calidad de vida. Se ha relacionado la soledad con mayor incidencia de problemas cardiacos, tensión arterial alta, alcoholismo, depresión, ansiedad, etc...
Fuente: El Coste de la Soledad no Deseada en España. Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada

No obstante, el sentimiento de soledad se puede prevenir. Es importante que trabajemos  por mantener y fortalecer nuestras relaciones sociales, así como por ampliar las mismas. No se trata de tener muchas relaciones sociales pero sí es importante que éstas sean de calidad. 

A continuación, compartimos unos consejos para prevenir la soledad:
  • Cuida la relación con tus redes sociales. Interésate por cómo se encuentran tus amistades, conocidos o familiares. 
  • Amplia tus conexiones sociales. Conoce las asociaciones, organizaciones y recursos de tu entorno, participa y apúntate a alguna actividad de grupo. 
  • Aprovecha los espacios y comercios de proximidad para conectar con otras personas.
  • Aprende a gestionar tus emociones y a resolver conflictos. Con frecuencia el distanciamiento entre las personas es debido a una situación que no se ha resuelto adecuadamente. 
  • No te olvides de dar las gracias y, si es necesario, pedir disculpas. Es una manera de que las personas se sientan respetadas y valoradas.
  • Sé empático. Cuando hablamos de relaciones sociales es fundamental ser conscientes de nuestras necesidades, pero también de las necesidades de los demás. 
  • Evita mantener relaciones tóxicas o que te produzcan malestar. Nuestras relaciones sociales tienen que ser beneficiosas y saludables.

Algunas de la medidas o actuaciones que las Administraciones Públicas, Instituciones y otras entidades pueden llevara a cabo para favorecer las relaciones sociales y contribuir a la prevención de la soledad no deseada son:

  • Promover espacios amigables en el entorno. Es importante crear y dinamizar espacios amigables que favorecen la interacción social en la comunidad y permiten prevenir la soledad. Un ejemplo de ello sería el Programa Vive y Comparte (programa intergeneracional de viviendas compartidas entre personas mayores y estudiantes universitarios de Huesca) y el programa de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores.  
  • Implementar proyectos que potencien o favorezcan la comunicación e interacción con las personas que sufren soledad no deseada. Por ejemplo, el proyecto de Comandos Lectores,  Palabras que Curan de la Fundación el Tranvía. 
  • Desarrollar políticas públicas para combatir la soledad no deseada. 

Fuentes y recursos de interés: 
El coste de la soledad no deseada en España. Observatorio Estatal de Soledad No Deseada
Iniciativas y Recursos Aragoneses ante la Soledad. Observatorio Aragonés de la Soledad-Justicia de Aragón

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