La Salud Mental en la Unión Europea


Una buena salud mental se traduce en un estado de bienestar que permite a las personas desarrollar sus capacidades, hacer frente al estrés, trabajar y contribuir a la vida comunitaria. 

Sin embargo, según datos del Eurobarómetro publicado el pasado mes de octubre, el 46% de los encuestados manifiestan haber tenido problemas emocionales o psicosociales durante el último año. 

Los acontecimientos como la pandemia por Covid 19, la guerra de Ucrania, la crisis climática y otras presiones económicas y sociales han contribuido a deteriorar todavía más la salud mental de los europeos, especialmente entre los jóvenes.  

Esta encuesta también recoge datos sobre los factores que contribuyen a disfrutar de una buena salud mental. La mayoría de los encuestados (60 %) cree que los más importantes son las condiciones de vida, seguidas de la seguridad financiera (53 %). Aproximadamente un tercio considera que estar en contacto con la naturaleza y los espacios verdes, los hábitos de sueño, la actividad física y el contacto social son también factores clave. Por otro lado, en todos los Estados miembros, una gran mayoría cree que el uso de las redes sociales puede afectar negativamente a la salud mental de los jóvenes.

La salud mental está tomando cada vez más importancia, el 89 % de los ciudadanos de la UE están de acuerdo en que promover la salud mental es tan importante como promover la salud física.

Ante esta situación, los países de la UE han acordado una serie de objetivos para reducir la lacra de la mala salud mental:


Las acciones propuestas tienen por objeto prevenir y combatir los problemas de salud mental y la discriminación, al tiempo que promueven el bienestar. Se invita a los Estados miembros a garantizar el acceso a una atención oportuna, eficaz y segura en materia de salud mental, así como a actuar en un amplio espectro de ámbitos, sectores y edades, de modo que se aborden los siguientes aspectos:

  • la detección precoz y la sensibilización en los centros educativos y entre los jóvenes
  • la lucha contra la soledad, la autolesión y los comportamientos suicidas
  • la gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo, prestando especial atención a los profesionales de la salud
  • la reintegración social y laboral tras la recuperación para evitar recaídas
  • medidas contra la estigmatización de la salud mental, la incitación al odio y la violencia de género
  • la lucha contra la discriminación como herramienta de prevención, haciendo hincapié en los grupos vulnerables.
La Unión Europea reconoce que la salud mental implica en gran medida ámbitos como la educación, la digitalización, el empleo, la investigación, el desarrollo urbano, el medio ambiente y el clima, por lo que el enfoque de salud mental en todas las políticas es necesario para prevenir y reducir el impacto de estos factores. 

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