Urbanismo e Infancia



Una nueva investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal ) añade más evidencia científica acerca de que una planificación urbana bien diseñada puede ser beneficiosa para la salud. El estudio sugiere que el entorno construido, los espacios verdes y la contaminación atmosférica pueden afectar la función cognitiva y motora en la infancia.

El entorno urbano puede influir en el neurodesarrollo desde la concepción en adelante. Sin embargo, hasta ahora no se había evaluado el impacto de múltiples grupos de exposiciones de forma simultánea en la edad temprana. 

Un equipo del proyecto europeo HELIX, coordinado por ISGlobal, se propuso analizar el impacto de 13 exposiciones urbanas diferentes en la función cognitiva y motora de cerca de 5.500 niños y niñas en siete ciudades europeas (Bradford en Reino Unido; Nancy y Poitiers en Francia; Guipúzcoa, Sabadell y Valencia en España; y Heraclión enGrecia), a partir de las cohortes de nacimiento Born in BradfordEDEN, INMA-Infancia y Medio Ambiente y RHEA, respectivamente.

El nuevo estudio, publicado en la revista Environment International, evaluó las exposiciones urbanas alrededor de la vivienda durante el embarazo y hasta los 3 años de edad. Los factores contemplados incluyeron el entorno construido, los espacios naturales y la contaminación atmosférica. Los resultados de la investigación mostraron que la exposición a algunos factores del diseño del entorno construido, los espacios naturales y la contaminación del aire se relacionaron con afectaciones en la función cognitiva y motora del niño o niña a los cinco años. En concreto, la mayor presencia de espacios verdes a menos de 300 metros del domicilio durante el embarazo se asoció con mayores habilidades en el lenguaje. Por el contrario, una mayor conectividad y diversidad del uso del suelo se relacionaron con menores habilidades verbales.

En cuanto a la contaminación atmosférica, y de acuerdo con estudios anteriores, una mayor exposición a partículas finas durante el embarazo se relacionó con peores puntuaciones de los niños y niñas en las pruebas de motricidad fina. Además, el trabajo confirmó el efecto mediador de la contaminación atmosférica en la asociación entre los espacios verdes y las habilidades verbales, es decir, que “los entornos naturales” serían beneficiosos para el desarrollo cognitivo al reducir los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica.

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