El informe SESPAS 2016 presentado la semana pasada en la Escuela Andaluza
de Salud Pública, de Granada, es de especial interés por tratar sobre la Salud Pública y las
políticas de salud: del conocimiento a la práctica, y en el que hay un capítulo
destinado a la Promoción de la Salud, y que plasmamos aquí.
En el terreno de la promoción de
la salud, este año se cumplen 30 años de la carta de Ottawa como respuesta a las
necesidades del mundo industrializado en creciente movimiento salubrista. En esta
reunión se sentó las bases de la promoción de la salud, a
través de 5 pilares para la acción y la reorientación hacia una salud en positivo: la acción en las políticas
públicas, poniendo la salud en la agenda en todos los sectores, la participación de la
comunidad en la toma de decisiones en salud, la acción sobre los entornos facilitando
que las elecciones más saludables fueran las más fáciles de elegir, por la población o de defender por los políticos, la reorientación de los
servicios sanitarios hacia la promoción de la salud, y la inversión en
habilidades personales que capaciten a las personas para mejorar su salud.
Acción en ciudades y barrios
Con respecto a los entornos
para la salud, el artículo que se presenta sobre promoción de
salud en ciudades y barrios muestra que hay evidencia de la efectividad de
determinadas políticas en el entorno local. Sin embargo, existen barreras al desarrollo de la
promoción de la salud en las ciudades, entre las que destacan la falta de
liderazgo y voluntad política, las políticas que ignoran la evidencia, las culturas
sectoriales o por otra parte también el desconocimiento ciudadano de las causas del bienestar y la
salud. Sin embargo ya tenemos algunas experiencias locales favorables a
la salud y la equidad, que han utilizado herramientas clave como la Salud en Todas las
Políticas, la participación social, o la publicación de información de salud por ejes de
equidad.
La reorientación de los servicios de atención primaria hacia la promoción de la salud describe una identificación de las responsabilidades.
La Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad es una es una oportunidad identificada, también en otros artículos, a aprovechar. También es necesaria más y mejor evaluación de las actividades
comunitarias, y extender la
práctica de las que ya funcionan. Se presentan Proyecto COMSalud, en Cataluña y La Estrategia de
Alimentación Saludable y Vida Activa del Govern Balear que permite, junto
con otras buenas experiencias que se están dando a lo largo de nuestro territorio,
ponerse a trabajar.
Mejora de las condiciones de trabajo mediante la participación
La participación de los agentes de interés es determinante en la
mejora de las condiciones de trabajo y de empleo. Se presenta una experiencia
de aplicación del Método ERGOPAR de ergonomía participativa y se muestra que es
un procedimiento viable y útil, adaptado a las empresas españolas y debería
considerarse su aplicación como una alternativa eficiente para las empresas interesadas en
mejorar las condiciones ergonómicas en el trabajo. El servicio de prevención es
el órgano de la empresa que debe coordinar la planificación y la evaluación de
estos programas de ergonomía participativa. Su evaluación económica ayudaría a
su extensión en un gran número de empresas ,tanto medianas como grandes.
Activos para la salud
La mirada del modelo de activos, fomenta que las comunidades reorienten su mirada al contexto y se centren en aquello que mejora la salud, el bienestar y la equidad. Se describen unas recomendaciones para trabajar con el modelo de activos para la salud en promoción de la salud. En nuestro contexto, existen algunas buenas prácticas acerca de cómo trabajar con este modelo, que pueden servir de guía a otras experiencias que están iniciándose. Este artículo lleva a gran cantidad de material adicional on–line donde se puede leer un resumen de todas estas experiencias y crear una red de intercambio
Dentro de las aportaciones centradas en aspectos de vigilancia en salud pública, se aborda el uso de los informes de salud como eje de los
servicios de salud pública, desde las experiencias fundacionales de
Inglaterra y de Liverpool en el siglo xix, pero poniendo de manifiesto diversas experiencias positivas en España.
También se aporta un valioso trabajo sobre la vigilancia de los
determinantes sociales en salud, y menciona como utilizar las redes de intercambio de experiencias
como sistemas de información en promoción de la salud, utilizando el
caso de la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de la Salud (RAPPS) y
la Red Aragonesa de Escuelas Promotoras de Salud (RAEPS).
Estas redes de experiencias facilitan la gestión del conocimiento en la
implementación de estrategias de promoción de la salud entre los
profesionales que trabajan en el territorio, los técnicos de los
sistemas de información y los responsables de la formulación de
políticas de salud. Pueden proporcionar además indicadores para valorar
la intersectorialidad, la participación ciudadana, el desarrollo
comunitario y la equidad de las actuaciones de promoción de la salud,
así como su distribución en el territorio.
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