PREVENIR LAS CAÍDAS ES POSIBLE

Las caídas son una de las principales causas de lesiones y de pérdida de calidad de vida en las personas mayores de 65 años. Se estima que un tercio de las personas mayores de 65 años y la mitad de las personas mayores de 80 años sufren, al menos, una caída al año. 

Según el estudio FALL-ER de la Fundación Mapfre, realizado sobre 1610 pacientes de 65 años o más, el 52% de las caídas causan lesiones leves como heridas, contusiones o esguinces. En el 38,2% de los casos se producen fracturas y en el 16,5% traumatismos craneoencefálicos. Las caídas provocan, además,  un importante deterioro funcional, mientras que antes de la caída el 60,3% de los mayores eran independientes, tras la caída este porcentaje desciende al 50,3%.   

Otro de los efectos de las caída es el miedo. Las personas que se han caído una vez pueden experimentar miedo a caer de nuevo, lo que hace que pierdan la confianza en sí mismas. Como consecuencia, pueden decidir abandonar algunas actividades, como ir de compras, visitar a los amigos u ocuparse de las tareas domésticas. Cuando las personas se vuelven menos activas, las articulaciones se vuelven más rígidas y los músculos se debilitan. Esto incrementa el riesgo de nuevas caídas y hace más difícil permanecer activo e independiente, empeorando de este modo la calidad de vida. 

Las caídas son el resultado de múltiples factores, tanto intrínsecos (relacionados con la persona) como extrínsecos (relacionados con el medio ambiente), siendo éstos últimos los más habituales.                                                                

Entre los factores intrínsecos nos encontramos el deterioro físico inherente al envejecimiento; patologías como el párkinson, la artrosis; el consumo de determinados fármacos.... 

En cuanto a los factores extrínsecos se pueden destacar el estado de los suelos, uso de calzado inadecuado, escasa iluminación... 

Muchos de estos factores son fácilmente modificables, lo que hace que las caídas se puedan prevenir:

  • Entre los cambios de comportamiento están la práctica de actividades físicas, se ha comprobado que realizar ejercicios de fuerza, flexibilidad, equilibrio y coordinación mejoran la movilidad y previenen las caídas y fracturas en las personas mayores; evitar el consumo de tabaco y alcohol;  mantener un peso corporal adecuado; acudir a las revisiones médicas...

                                                    

  • Con respecto a los cambios ambientales que se pueden adoptar, algunos de ellos son: instalar dispositivos como barras de apoyo y revestimiento antideslizante en el cuarto de baño y en superficies resbaladizas, así como pasamanos en las escaleras. El calzado para ir por casa debe ser cómodo y cerrado, que sujete bien el pie. Evitar muebles y cables eléctricos que dificulten el paso... De esta forma, un factor de riesgo para caídas podrá convertirse en un factor positivo cuando, modificado, se convierte en un factor protector.      


                                  

Comentarios