Recientemente se acaba de hacer público un
estudio sobre las políticas nutricionales escolares que se ha elaborado desde
la Escuela Nacional de Sanidad publicado en Gaceta Sanitaria
La obesidad infantil es una de las prioridades de salud
pública, por su alto nivel de prevalencia y su impacto en la salud presente y
futura de los afectados.
Debido a esto, desde la Unión Europea se elaboró el Plan de
Acción de la Unión Europea sobre Obesidad Infantil 2014-2020, que establece
políticas de promoción de ambientes saludables en las escuelas, y desde la OMS
llama a los Estados miembros a crear entornos propicios para las dietas
equilibradas, incluyendo la prohibición de vender productos no saludables en
escuelas, centros deportivos y hospitales.
En España, el ámbito escolar es una de las cuatro áreas de
intervención de la Estrategia para la Nutrición, Actividad física y Prevención
de la Obesidad (NAOS). En 2010, el Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud aprobó el Documento de Consenso sobre la Alimentación en los
Centros Educativos (DoCACE), que establece estándares nutricionales para los
alimentos y las bebidas ofertados en los centros educativos (cafeterías y
máquinas expendedoras) y alimentarios para los menús escolares.
Para este artículo se han revisado las páginas web del
Ministerio de Educación, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
Nutrición, y las consejerías de educación y sanidad de las comunidades
autónomas.
De las conclusiones de este estudio se puede destacar que: aunque
todas las comunidades autónomas tienen políticas con estándares para el menú
escolar, solo 4 de ellas disponen de normativa de obligado cumplimiento, además
la cobertura del resto de la oferta alimentaria escolar es variable y la
evaluación de los objetivos. Las comunidades autónomas deberían garantizar que
la calidad nutricional de toda la oferta alimentaria escolar sea supervisada
por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética,
mejorar la evaluación de las políticas nutricionales y acompañar estos
esfuerzos con una buena educación nutricional. Los estándares del DoCACE
deberían ser revisados según el conocimiento científico actual y aprobarse
reglamentariamente en España, en cumplimiento de la normativa vigente, junto
con un sistema de seguimiento y evaluación de su cumplimiento.
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