Depresión Perinatal: Cómo Abordarla

La DEPRESIÓN PERINATAL es el conjunto de trastornos mentales, principalmente la depresión, que se producen durante el embarazo y hasta los doce meses después del parto. 


              

Una mala salud mental se asocia con una menor probabilidad de que las mujeres acudan a las consultas prenatales y postnatales, lo que deriva en un mayor riesgo de complicaciones obstétricas (preeclampsia, hemorragia, parto prematuro, etc.). Los bebés pueden presentar bajo peso al nacer y mayor riesgo de enfermedades físicas y de dificultades emocionales y de comportamiento.

La depresión perinatal no solo tiene repercusión en la mujer, también afecta al bebé, la familia y la sociedad en general, lo que hace que su identificación y tratamiento sean una prioridad de salud pública.

Según datos del Consejo General de Psicología de España, se estima que aproximadamente una de cada cinco mujeres desarrolla un trastorno mental durante el embarazo y/o en el año siguiente al parto. En España, concretamente, la prevalencia de sintomatología depresiva durante el embarazo se sitúa entre el 14-15% y el 23,4%, y en el postparto entre el 21,7% y el 30,3%. La prevalencia de depresión mayor oscila alrededor del 4-5% en el embarazo y del 7,7% al 14,8% en el período postnatal. 

Algunos de los síntomas más comunes son: 

  • Tristeza (llorar con facilidad o más de lo normal).
  • No encontrar placer en la actividades o experiencias de las que antes se disfrutaba.
  • Falta de energía o motivación.
  • Preocuparse en exceso.
  • Dificultad para dormir, concentrarse o tomar decisiones. 
  • Apetito anormal. 
  • Sentimientos de culpa, desesperanza, inutilidad. 
  • Molestias o dolores corporales sin causa física clara. 

En cuanto a los factores de riesgo, diversos estudios han evidenciado que los principales factores son la presencia de antecedentes de problemas de salud mental, así como la existencia de abuso físico o sexual.

Otras variables que también influyen son los problemas de salud del bebé, insatisfacción conyugal, bajo nivel socioeconómico y educativo, minorías étnicas, estrés, tendencia a la preocupación, perfeccionamiento excesivo e incluso la ambivalencia hacia la maternidad, es decir, la coexistencia de sentimientos positivos y negativos asociados a ser madre. En el caso de mujeres adolescentes, cabe destacar la crítica familiar y autoestima.

Infografía adaptada. Fuente: Guide for integration of perinatal mental health in maternal and child health services

Las intervenciones preventivas en salud mental perinatal están orientadas a reducir los factores de riesgo y promover/potenciar los factores protectores. 

Infografía adaptada. Fuente: Guide for integration of perinatal mental health in maternal and child health services

La evidencia sugiere promover estilos de vida saludables, especialmente el ejercicio físico. Además, se recomiendan intervenciones psicoeducativas como información general sobre el embarazo, plan de parto y maternidad (ajustar las expectativas, trabajar a través de mitos, verificar preguntas y respuestas, aclarar conceptos). También se demuestra evidencia para intervenciones que señalan a la promoción del apoyo social emocional e instrumental.

En el caso concreto de gestantes que presenten factores de riesgo y/o síntomas de depresión, los últimos estudios recomiendan, en primer lugar, la aplicación de intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal. En segundo lugar, se recomienda intervenciones psicosociales, ya sea a nivel individual o grupal, durante el embarazo y el puerperio.


Fuentes y enlaces de interés: 

Consejo General de Psicología de España: La Psicología en el abordaje de la depresión perinatal: informe de consenso del COP (infocop.es)

National Institute of Mental Health:  Depresión Perinatal

OMS: Guide for integration of perinatal mental health in maternal and child health services

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